El abogado

Una de las facetas que la gente más conoce de mí es la de abogado. Tal vez porque desde corta edad demostré tener algunas destrezas para este oficio; me lo dijeron tanto que me lo creí. Me gusta pensar de forma crítica, entender las fuentes de los conflictos en las personas y su relación con sus personalidades, escuchar sus historias de vida y crear estrategias para lograr objetivos, desde formas de negociación, conciliación o mediación hasta el inicio y finalización de procesos judiciales.

A nivel de practica profesional he tenido experiencias en el sector justicia, he asesorado empresas y muchas personas naturales. Pero lo más valioso es que he sumado muchas experiencias de conciliación exitosas, en asuntos simples y otros de alta complejidad técnica.

Realicé una maestría en derecho en la Universidad de los Andes y soy estudiante del doctorado en derecho de esa misma universidad. Dado que creo profundamente en el poder de la conciliación, como la forma más eficiente para la terminación de los conflictos y disputas, decidí cursar el programa de estrategías de negociación: resolución de conflictos enfoque de beneficios mutuos del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y el programa de conciliación extrajudicial en derecho Universidad de los Andes.

He escrito algunos artículos académicos y he trabajado con semilleros de investigación en algunas universidades. De esto, lo que más me gusta es compartir con estudiantes y aprender de ellos, con algunos sigo hablando mientras que a muchos otros los he visto crecer a la distancia de los caminos y admiración por sus logros.

Es claro hasta aquí que mi relación con el derecho es particular. Aprendí que quiero ser el abogado que me gustaría tener, si tuviera un problema. Luego es con este criterio que he construido lo que es ser abogado.